Cuando me miran los perros con sus ojos inmensos me pongo
triste tan triste que dejo de ser una niña y se me blanquea el pelo y la
melancolía se me guarda toda en el pecho que pesado se cae con tanta fuerza que
agujerea la vida y doy vueltas por el universo hasta penetrar la tierra toda y
me duermo dentro llorando por los perros con sus enormes ojos tristes tristes
de extrañar el bosque y la sangre tristes de querer matar y aullar la luna
entera y despedazar con sus dientes toda vida y toda muerte y lloro tanto que
me ahogo dentro de la tierra y salgo erupcinando en islas y me crecen árboles y
llamo a los perros, para que vengan y maten y sangren, pero los perros no
llegan, y me quedo sola con mis archipiélagos fracturando el mar de lágrimas
que inundará mis valles sin perros ni sangre.