martes

Del regreso

trazando con sudor rectas me rompo en cada espiración, en un camino golpeado y herido ando acariciando llagas que no sanan, esas úlceras que esconde el cemento. dicen que los pies no me sangran, pero yo igual me voy dejando partir por los murmullos de un muerto que hablando pisa el trecho de vuelta. canto, bailo y corro, me agacho y lo beso, chorreándole sudor como chorréandole mi juventú. te canto y te bailo para que me escuchés y bailando volvás. y ya cuando se me encaraman las verticales te siento lejos, ya no te toco, ni te canto, ni te escucho. contenida se me rajan las heridas, aquellas que me imprimiste a punta de salvia, y extendida me cuelo entre tus tristezas y el murmullo aquel de tu corazón me llora las palanganas amarillas de mis ojos, humedezco tu crepitar angustiado, te calmo. y muerto seguís hablando, yo me aferro a tu cadáver.

No hay comentarios: