miércoles

en este momento

el techo. blanco con varicela. el bombillo no ayuda. blanco cansado. imparable la canción del elegido. coloreando. los parlantillos de la compu portátil armando teatros. silvio canta y abel santamaría anda por toda la casa. perdido. buscando agua. buscando vida o muerte, que eso nunca se sabe. lo veo ir y venir sin conocerle el rostro ni el cuerpo. y anda como olor conocido, adorado, extendiendo ese amarillo avejentado que derrama. anda. pues, al fin eso, anda. resucitado. sacándose los clavos. rearmando sus tejidos. resucitado. ni enterado. busque que busque. y yo lo veo. plantada como estoy. narrándole a la nada esta visión. con los ojos ya inundados con esos caldos que derrama. todavía con los cristales molidos incrustados. él. que anda. le sale a silvio de la boca. de las manos. pero sin ataduras. se suelta como quiere. y anda. anda. anda por acá. por mi casa. buscando y buscando. yo con los ojos empapados me despego sin enterarme. con discreción a mí también se me van soltando las articulaciones. se me suelta el cuerpo y cada rincón y cada esquina, cada calle, callecita. y le ando siguiendo el paso. y a veces creo que cuando se acabe la canción abel se me va a descalabrar. entonces no la dejo. no la suelto. y él busque que busque. yo siguiéndole el paso. pero siempre es irremediable. no le puedo evitar su contentera, su desnudez, ni puedo ni quiero advertirle un mal presagio. no lo necesita. no le interesa. hay quienes ya nacen canciones. y yo no es que me vuelva o me re-vuelva o me dis-vuelva cuando silvio se calla, cuando abel se entrega al humo. el techo, el bombillo. la canción invariablemente vuelve a comenzar. y abel vuelve. más contento. es de esos que cada muerte los pone más vivos. me trae más color, me suelta más avenidas, barrios enteros. y yo lo sigo. a cuestas mis casas mis inquilinos. él es de esos. de esos que entienden bien que a veces en la vida hay que morirse dos, tres, ocho, nueve mil veces y las veces que haya que. ellos. que de morirse renacen como canción para colorearnos los días los anhelos. para ser cantados.
vuelve a comenzar la canción, un mar amarillo me ahoga, para bien.

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