viernes

divagaciones de quien no va a la u, voluntariamente

Yo dije: cortis!, entonces me pausé. Haciendo uso de la imaginación quise ver todo como un gran juego de la anda. Siempre pasaba lo mismo cuando jugábamos la anda. Habia quienes corrían por todas partes, quienes se andaban por ahí girando y gritando como si fueran demasiado estúpidos para comprender el juego entonces los atrapaban rápido. Había quienes casi no se movían, estudiaban desde sus posiciones el ir y venir de la marea y con astucia evitaban la temida sentencia de: la anda!, pero no lo lograban más de tres veces seguidas. Había quienes solo se guindaban de las manadas de carajillos y era como si casi quisieran desaparecer entre los pies(eses), sin ser vistos, anónimos, se desvanecían entre los grupos, pero siempre los cachaban, el grupo nunca era amable con ellos. Había, también, quienes fingían dolores de panza y se salían del juego sin antes haber entrado, entonces miraban desde la banca junto a los bultos y demás útiles estorbosos, pensando en cosas que sería imposible desenredar.
Cortis!, siempre había un cortis en la mitá del juego, en un cuarto, en un octavo, en sus últimos momentos, así como intentando reavivar el interés. El asunto se paralizaba y alguien, señalando alguna injusticia replanteaba las reglas, o siendo al revés en la mayor parte de los casos. Entonces el juego volvía, de nuevo con mucha más intensidá, con un rumbo distinto y aunque en apariencia todos volvían a retomar sus puestos la cuestión había cambiado, y aquellos no eran sus puestos de verdá.

1 comentario:

Uno que mira dijo...

es posible que la nuestra sea la última o la penúltima generación de la-andantes. qué tristeza. el cortis está en peligro de extinción.