que sea pues ideal
arrincónese el buen ver
guárdese en cualquier lado
destrúyanse las muletas
muérdanse los ojos
usté y usté y vos
sea un revoltijo
de anomias
sus ojos vueltos
a las tripas nuestras
palpitantes
hirvientes
permítase la ceguera
nomás un instante
vuélvanse todos los ojos
todos todos
partidos e infectados
quemados y ardiendo
vuélvanse
a las tripas nuestras
acribilladas
trazando guerrillas
con su sangre
nunca coagulada
vuélvanse los ojos
el cuerpo el grito
permítase la ceguera
las tripas nuestras
rojas muertas
andan y muerden
vuelven
embarradas
hasta los tuétanos
de un crepitar
latido quedito
constante
una certeza de
resurrección
de erección
permítase la ceguera
mientras nos
cogemos a la rebeldía
coito eterno
gemido que derrumba
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