(el frankito estuvo en la elaboración de estos dibujos, desgraciadamente partió antes de verlos terminados, por lo tanto van dedicados al frankilín, que sacaba sus garritas y maullaba cada vez que yo tocaba la puerta de la casa, que perdía su agilidá gatuna pero ganaba por mucho simpatía y gracia con humos compartidos, con su berrinches tan atinados, al frankito que se le estraña tanto)
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